American Horror Story

Del creador de Nip/Tuck y Glee, Ryan Murphy, nos llega una serie de estética oscura y tenebrosa. Una serie definida en USA como Psyco-Sexual-Thriller; Psyco porque todos y cada uno de sus personajes parecen estar muy poco cuerdos; Sexual por sus altos contenidos eróticos con desnudos y escenas explícitas de sexo; y sobre todo Thriller, porque una vez vista solo puedes decir una cosa: Intrigante.

No es una serie al uso, nada de dramas de serie B, es más bien un refrito de las mentes de las peores personas de un manicomio... muy del estilo de su creador, ya mostrada antes en las mencionadas Nip/Tuck y Glee.
Una historia aparentemente simple y facilona con un giro de tuerca como casi todas, con la salvedad que aquí se llega a ello mediante una serie de escenas inconexas que a la larga aparecen conectadas entre si para dar más profundidad a la serie, de manera que mientras la veía no podía comprender en que parte de la historia estaba sucediendo lo que me contaban. Con un maravilloso elenco de personajes entre el cual me fascina, aunque perturbaba mientras la veía, Evan, el paciente de nuestro padre de familia particular, Ben. Además de una ama de llaves o criada protagonizada por dos mujeres, (y ahí lo dejo para quien no lo haya visto) un tanto peculiar. Una vecina que pone los pelos de punta cada vez que aparece (y esto es tanto la madre como la hija), sorpresivamente tras nuestro televisor. Una hija de familia aterrada por los problemas paternales y con alta tendencia a un probable suicidio, además de unos padre de familia que viven perturbados por un pasado reciente.Todo ello con un telón de fondo inimaginable, una casa que, por demasiado usado que parezca el término, tiene vida propia. Una casa que invita a todo menos a que entres en ella. Es esa casa que hay en todos nuestras infancias y que nos producen miedo con solo mirarla.

En resumen, una serie en la cual uno se debate entre apartar la vista en ciertas escenas mientras nuestra mente abre más los ojos para empaparnos de una angustia psicológica solo vista en ciertas películas del gran maestro del cine de terror, Alfred Hitchcock.

Por ello no la considero una serie de terror, ni siquiera de suspense, para mi es esa angustia que cada minuto que pasa me invade más y más haciendo que los ojos se me salgan de las órbitas mientras mi cerebro intenta ordenar, sin éxito, que apague el reproductor.

Quizás se estampe a pesar de su éxito en el primer capítulo, pero para mi siempre quedará esa intriga de como seguiría...

Sin plantearme el dudarlo ninguna vez, esta seria una serie con la que vería más que el episodio Piloto.